sábado, 20 de junio de 2015

Parlamente-ando.

Comienzas a transitar la calle y la luz te aborda, te asalta, viene a vos. Hace calor, pero cuando entras en la galería imponente que conduce hasta la entrada, un golpe de aire fresco te despierta y te transforma, te cae encima una sensación de santuario, de monasterio, que te relaja. Las caras familiares de tanto salir en la tele, la tele, los focos que apuntan indiscriminadamente. El sonido de fondo de los carruajes, la luz diáfana expandiéndose abrazándonos... me aferro al macuto, desciendo cuando ya levitaba, peligro dicen mis sentidos, los pies tocan tierra y la camiseta recita S´Ateneu. En la entrada te piden el nombre, te preguntan, te inscriben y pasas. Y besas, y abrazas, y enhorabueneas, lagrimeas y suspiras.  El parlamento balear se abre en canal e incorpora a su río este afluente con ambición de cauce. Entra Podemos con sus diez diputados y una enorme responsabilidad sobre sus espaldas, a consolidar una mayoría parlamentaria de izquierdas, que están plantadas en un momento histórico y posiblemente irrepetible, si no se acierta, claro.
Y ahí están Alberto, Laura, Xelo, Balti, Carlitos, los compañeros y compañeras diputados de las islas hermanas, las islas hermanas. Y ahí estan las Anas, los Mateu, los Pep, las Antonias, los Carlos... y con ellos entramos todas y todos al hemiciclo, las hormiguitas de Ma, la paciencia de nuestras compañeras y compañeros, las horas restadas a nuestros hijos, las gentes de los Círculos y los GAP. Con ellos entramos nosotros y toda la ilusión descargadas en nuestras espaldas por nuestras gentes, que preguntan en los bares, cuando barren las aceras, en las sobremesas familiares...  Por eso debemos ser conscientes que junto a nosotros entran al parlamento nuestros vecinos, y si no somos capaces de contagiar esta idea estaremos vencidos, si no somos capaces de transmitir esta energía... habremos sido engullidos por la moqueta, por la comodidad de los escaños, por el lujo de los candelabros, que hipnotizan.

Sorpresa.

" ¿Viste lo que hizo?, le dijo.
¿Qué?, le contestó, desde atrás de la barra mientras le observaba sin pestañar.
Se fue sin pagar, comentó con sorpresa.
Si, lo sé...¿vos miraste su cara, aturdida y feliz?. Yo a los enamorados les perdono cualquier cosa. Le dijo y... sin tiempo a la reacción, ante la mirada atónita de la parroquia, le cogió la mano y regaló una sonrisa."

sábado, 13 de junio de 2015

De futuro y río.

Campeando temporales,
las tardes en que la luna sueña
con el mañana, vamos.
Trayendo los pesados andamios
del desencuentro a cuestas.
Los hermanos se miran,
se equidistan, se palpan,
se diferencian, se reprochan
las noches de imsomio.
Ayer, solo, fueron carne y uña,
ayer, solo, codo con codo,
ayer, solo, agua del torrente.
Ayer, solo ayer,
fueron plaza multicolor,
escritorio y fatiga.
Dicen que el tiempo lo cura,
que el amor les redime si es verdadero,
que la sangre les tirará al fin.
¿Quién no admira a los que luchan?
 En el error y en el disenso,
el pensamiento activo, la dialéctica.
El tiempo, siempre, la perspectiva,
el trazo en el camino.
Los hermanos se miran...
El cántaro, que una vez en el suelo,
es río se convierte en ola
y es presagio de mar.

Caida libre.

Me gustan los días de lluvia,
caminar templado,
devorar las gotas,
sin prisas,
como lágrimas.
Amar, sin paraguas
ni prejuicios,
las tardes de hastío
moja,
las mañanas de trabajo
limpia, cura, sana.
En Palma, la lluvia besa,
rueda por los tejados,
cuelga,
vibra en su tensión de agua,
te evoca, te piensa,
detiene el tráfico.
Los transeúntes vagan dispersos,
de portal en portal,
yo les atravieso impávido,
vendiendo sueños,
contagiando,
Me gusta la lluvia
que no tiene dueño,
cae libre y me impacta,
herido y vencido,
tras la larga jornada.