Los superhéroes
también acaban sus fuerzas.
Ven escapar
por la última rendija de su desaliento
el alito que les quedaba.
La penunbra apenas,
amenazando.
Miran atras,
y se preguntan:
¿valió la pena?
y en sus cabezas
se amontonan
dudas y certezas
a partes iguales.
Miran alrededor
y el horizonte
aparece lejano,
esquivo.
Los villanos
se relamen,
prisiones tienden,
sistemas que encarcelan,
mermar sus sonrisas
buscan,
maniatar la alegría,
todo eso que no se compra.
Mientras aquellos,
los míos,
rayando el anti y el super
miran la forma
de recuperar,
se aferran a sus impulsos
a sus convicciones
a su amor por la vida.
Encontrando
en su conciencia proletaria
la inspiracion necesaria,
aquella,
que desmonta la amenaza,
la perfídia y la mentira.
Con un golpe de su capa,
una palabra,
el cincel o la pala,
el escudo o el andamio,
encuentran... las respuestas,
a todas las preguntas,
y vuelven a luchar
quise decir,
a vivir.