Veo un avión suspendido
colgado en la inmensidad
como las bolas en las navidades
un globo aerostático,
un barrilete.
No es un helicóptero,
estoy seguro.
Es un avión suspendido,
ya por su pésima ortografía,
o las piruetas inconfesables del piloto.
Cuelga del aire
no va para atrás,
ni para adelante,
carente de estela alguna.
Suspendido en el firmamento,
como si de una nube se tratase.
Es una avioneta en suspenso,
en peligro,
al son del viento,
meciéndose ingrávida.
Y si fuese una señal,
inexorablemente un mensaje,
una advertencia.
Y si estoy entonces,
en el lugar preciso,
desde esta perspectiva
puedo afirmar...
que esa avioneta
viene a mí.