Si fuera tan sencillo describirte,
elegir el tiempo y el espacio
donde llenas el rincón vacio.
Amistad,
si pudiera mantenerte
perdurable,
rígida,
invariable.
Amistad,
si pudiera conservarte,
sin la deformación de la pasión,
sin mezclarla con las ganas.
Amistad,
si pudiera no quemarme en tu fuego,
no serías tú, de hecho, no serías tú. Santa Fe , 1995 más o menos.
sábado, 30 de julio de 2011
Cuarenta años.
Cuarenta años atrás...
quién recuerda ya donde, te dije que no existias...
y solo dediqué mi tiempo , a preguntar sin cansancio.
Los muros te desconocieron,
los árboles te negaron,
y nadie,
...nada,
supo decirme de tu destino.
Hoy, más seguro de mi,
tengo un pálpito:
no podés existir.
Dentro de otros cuarenta años,
tal vez te encuentre ...
y juro no dejarte escapar.
Ah, me olvidaba ...
es un secreto a medias,
yo también soy inmortal,
y tengo, como vos, todo el tiempo que quiera. Santa Fe, 1995 más o menos.
quién recuerda ya donde, te dije que no existias...
y solo dediqué mi tiempo , a preguntar sin cansancio.
Los muros te desconocieron,
los árboles te negaron,
y nadie,
...nada,
supo decirme de tu destino.
Hoy, más seguro de mi,
tengo un pálpito:
no podés existir.
Dentro de otros cuarenta años,
tal vez te encuentre ...
y juro no dejarte escapar.
Ah, me olvidaba ...
es un secreto a medias,
yo también soy inmortal,
y tengo, como vos, todo el tiempo que quiera. Santa Fe, 1995 más o menos.
Mujer de viento, simple molino.
No importa cuan rígidas son tus aspas,
ni cuantas lanzas quiebre en el intento.
Tengo miles...
y una paciencia hindú.
Quizas mañana cargue vencido
con paños de gamuza y terciopelo,
a curar las heridas de la interperie,
a salvar el daño que te hiciera el tiempo.
Para descubrir
en tu piel de musgo
la frescura
del descanso eterno.
Y entonces... miedo
a perder el alma,
el corazón lo perdí hace tiempo. Santa Fe, 1995... más o menos.
ni cuantas lanzas quiebre en el intento.
Tengo miles...
y una paciencia hindú.
Quizas mañana cargue vencido
con paños de gamuza y terciopelo,
a curar las heridas de la interperie,
a salvar el daño que te hiciera el tiempo.
Para descubrir
en tu piel de musgo
la frescura
del descanso eterno.
Y entonces... miedo
a perder el alma,
el corazón lo perdí hace tiempo. Santa Fe, 1995... más o menos.
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