Cuando se van,
dejan una estela de suspiros,
de medios adioses,
de lagrimitas.
La despedida es un trauma.
¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué?....
conjugándose al infinito.
Siempre se van ellas,
dejándonos ahí,
en un rincón desmantelados,
apenas construidos,
sin reconocernos.
El almanaque se dehoja,
los minutos duran setenta segundos,
sin exepción y la lluvia moja,
sin ser "obvio, viste".
Cuando se van,
la soledad se respira,
lúgubre y enfermiza,
y no hay lugar para nosotros,
en ningún mundo conocido.
¡Ah! las musas son así,
cuando se van,
(siempre, siempre nos dejan ellas)
¡cuesta tanto sobrevivirles!
El secreto de las musas
ResponderEliminarEllas se van
pero siempre regresan,
el problema es que
no siempre caemos
en cuenta...
Y las buscamos
por oscuras grietas...
Allí no se alojan,
prefieren la luz
como las estrellas
Existe un secreto
que nadie recuerda,
Si las necesitas
por que algo te desvela
Tienes que buscarlas
debajo de tu huellas
siempre están allí
cuando te despiertas
sacandole el polvo a las cosas viejas.
Cecilia Candia.
Precioso comentario en forma de poema Cecilia, que invita a rascarse las pieles y que afloremos. Un beso.
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