Las alitas se desplegan un poquito,
abandonan la cómoda espalda. 
Elongan, hacen sus estiramientos,
se agitan, 
remueven bocanadas de aire y zas!
todo adquiere  otra perspectiva 
de pánico, vértigo y precipicio. 
Eso que algunos llaman vuelo. 
Sergi, el pichón del nido, 
piula, piula cada vez más fuerte, intenta planear,
 choca contra el muro y el espejo,
 se levanta y vuelve.
Eso que algunos llaman aprendizaje... 
ante la atenta mirada de sus padres, 
que se recuerdan".
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