domingo, 27 de marzo de 2016

La libertad de delinquir.

" Aroma a "mojarrita", me vino. Ese pescadito, movedizo y saltarín, que era la delicia de los pescadores principiantes, saliendo de aquella cocina de un restaurante de cala Mesquida, puse el pie otra vez ,en esa dimensión del recuerdo que me trasladaba en un metro a la "Vuelta del Pirata" (impresionante pirueta del río que da nombre a mítico restaurante de pescado).
Yo estaba con Dani y el flaco, por entonces inseparables. No se que paso, pero ese dia, ninguno penso en las lo...mbrices, y como a corajudos no nos ivan a ganar... a pescar con pan duro, nos pusimos. Pero, nada, las mojarras eran carnivoras y lo del pan no funcionaba. Cosa de la cuál nos percatamos, porque justo al lado nuestro, el chivo (mote que le pusimos por su prominente barba), no paraba de sacar mojarritas, una atras de otra. El muy canalla tenía desplegado un arsenal de lineas y aparejos. Nos miraba socarronamente y nuestra furia iba en aumento. No era envidia, no!!!Que boludos, como nos olvidamos de las lombrices!!!! .
Entonces y después de una breve deliberación con Dani, decido desplegar mis incipientes dotes de parlamentario y resuelvo ir a pedir unas cuantas al chivo. El tipo, miro el tarro lleno y con cara de desprecio, me soltó: me quedan pocas. Nuestra ira cobro ribetes inimaginables... de todo menos matarlo, se nos cruzó por la cabeza, de todo.
Entonces, obró el milagro. El río corría, el sol del mediodía abrazaba y desde su campamento le gritaron: esta la comida!!! Y se fué el chivo y su prole. Dejando los aparejos en la costa y llevándose el tarro de lombrices. Nosotros teníamos muchas ganas de delinquir. ¿Fue el flaco?... o ¿Dani?... tal vez fui yo, no sé... comenzamos a recojer rápido y sin motivo, con prisas. Uno dijo: esa no es nuestra y vimos como las manos se aceleraban, comprendimos en el instante. Y fueron todas las manos, todas las piernas. Chivo de mierda. Todos los plomos, y los anzuelos, y las boyas, todas las lineas y los aparejos. Chivo de mierda, replicaba la neurona común, el día aquél, en el que fuimos los Robin Hood, de la "Vuelta del Pirata". La adrenalina a tope, la loca carrera, el No mires atras!!!, Corre, Corre...
Las risas de la revancha, los corazones acelerados, el miedo a las sirenas, la satisfación extraña de lo clandestino... el vértigo loco del delinquir"
Del libro "Crónicas de un argentino al pedo".

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