El beso.
Viaja herido
en la espesura,
el beso huerfano
de labio.
Yace en el asfalto
del olvido,
triste destino
del audaz.
Cautivo,
mira la noche,
no le cobija,
le niega asilo,
le exilia.
Y ahí,
en la frontera
de los territorios,
en las alambradas
del silencio,
mira su espalda
y le crecen alas.
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