sábado, 11 de noviembre de 2017

Algo sobre café.

Quizás, sea un buen momento para recordar. Recordar, pasar dos veces por el corazón, y ahí estan presentes los primeros momentos, los primeros pasos. Por entonces, la bayeta de limpiar la barra era utilizada para toda la máquina y la lanza de vapor, acumulaba restos de leche de todo el jornal. Como os habéis dado cuenta hablo de café, ¿de café?
Hace catorce años el sentido común pasaba por otro lado, los sabores tostados en extremo, el torrefacto (café tostado con azúcar) en las mezclas, la potente presencia de robustas, el amargor preponderando sobre la acidez. Hace catorce años cuando comencé a trabajar en Marabans, me introduje en un mundo donde la defensa del producto, se transformo en una tarea cotidiana, como nosotros definíamos , "taza a taza".
Hubo mucho de docencia, y hubo mucho de aprendizaje.
Saber e interpretar el pulso al café, una bebida que en su elaboración lleva tanto cariño y entrega, tanto proceso que entendíamos se podía estropear en cualquier parte del mismo. La preparación del blend, el almacenaje y el reparto, el mantenimiento de los equipos, la mano del barista.
Esta claro que lo que hoy parecen conceptos superados, hace apenas una década eran completamente revolucionarios.
Enfrentamos desafíos, de la mano de jóvenes emprendedores, ya hace un tiempo, nuevos establecimientos donde la cerveza casolana marida con el café de especialidad, y las harinas recuperadas nos devuelven sabores olvidados, ese espacio donde refugiarnos... la pausa.
La acidez de la fruta imponiéndose al amargor, rompiendo moldes, transformando.
Soplan vientos de cambios, nuevos horizontes, en el futuro la utopía (parafraseando a Galeano) "esa escusa que nos sirve para andar".

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