Al final paso,
los lunes fueron eternos,
los sábados simples.
Y llegó el día
en el que un aplauso
al vacío, a la noche,
fue una balsa
La trinchera,
tus cuatro paredes,
la resistencia.
En el tiempo,
de la espera,
la pausa,
otea horizontes.
En el tiempo,
de la espera,
la pausa,
otea horizontes.
Te pienso,
a través del esmerilado
cristal del recuerdo
y abrazo.
¿Cuando,
dejamos de convocar,
nuestras sonrisas ?
¿ Porqué,
abandonamos la plaza,
enarbolada ?
¿ Donde la utopía,
tan extraviados
como andábamos?
Te pienso, donde estés,
reeditando nuestras gestas,
nuestras charlas infinitas,
mirándote.
Cuando todo pase,
la tormenta digo,
espero no ser el de ayer,
sino el de antes,
e intuyo el reencuentro,
tan lleno de voces,
y bienvenidas.
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