Quizás sea la sonrisa,
la intensidad de su luz.
Pariendo amaneceres,
expandiéndose.
Azarosa, imprescindible,
locuaz.
Cuando ríes,
liberas el sortilegio,
contagias, desnudas,
redimes.
¿ tus tardes serán sonrisas ?
¿ tus noches ?
El horizonte se ensancha,
la sabia de tu río susurra.
Amplia y floral,
portando primaveras,
tu sonrisa va. Sergio.
LA PALABRA QUE SANA
ResponderEliminarEsperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
(Alejandra Pizarnik)
LA PRIMAVERA DEL ALMENDRO
ResponderEliminarPor el campo andan
todos peladitos
caprichosamente, él lleva
su blanco abrigo.
Cuando en el ocaso
cae el crudo rocío
con porte soberbio
muestra su vestido
Cuenta la leyenda
que en tiempos antiguos
se enamoró de la nieve
en una noche de frio.
Y a partir de ese hecho
juró muy convencido
regalarle cada Febrero
su majestuoso vestido.
Cecilia.
Andamos buscando sonrisas, parece. Propias y ajenas. Sonrisas y risas que nos entibien el alma.
ResponderEliminarTu poema me sacó una sonrisa, así que gracias.
Un abrazo cruzando el océano.
Nati.-
Que maravilla de sonrisa que maravilla de alma
ResponderEliminarhermoso... curvo mis labios en una cómplice sonrisa
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