sábado, 22 de julio de 2017

El reencuentro.

La de dejé en el aeropuerto, mejor dicho, la dejamos...  o nos dejó. Lo cierto es que cuando partió, quedamos mudos, gimiendo apenas, vacíos de soledades, nosotros los tan acompañados, los tan arropados.
Mientras se estaba yendo, se giraba y nos lanzaba su penúltimo adiós, y otro... y otro... así hasta que las lágrimas solo se intuían en la distancia-
La "Pitu", che... la "Pitu", ese torbellino de amor que te arrasa.

Semanas atrás, cuando Alicia me pregunto: ¿Que sensación?... tu hermana... diez años.
Miedo, tengo miedo, le conteste sin dudarlo. Respuesta que reitere ante el requerimiento de una compañera, días mas tarde.
¿Miedo? pregunto la muchacha, que no entendía.
La llegada de la "Pitu" después de diez años, me producía un temor irracional, incomprensible.
Temor a qué, interrogaba un trozo mío, y cuando la pequeña salió por la puerta de llegada, lo comprendí, todo.
Donde me había metido estos diez años. Diez años, una montaña de semanas, quichicientos días, un montón de aniversarios, que fueron pintando canas, fortaleciendo y debilitando a partes iguales. Muchísimo tiempo, diez años, con sus 31 de diciembres y sus 9 de julios, como me pude despistar tanto.

La espera de ese momento, en el que una parte de vos interpela a la otra, ¿Donde carajo te metiste?.
La visita, el reencuentro traía consigo esa cuestión, subyacía en ella y asustaba.
En esta década, vino Toni y fundamos "Independents" en clave local para resolver problemas cercanos... no había ni wasap, ni telegram, por entonces.  Años después, nos juntamos con Pep y Rafa y fundamos S´Ateneu junto a Agueda, Ma, Antonia, Cati,... y organizamos mercadillos de todos los tipos de segunda mano, "Sa Virollas", los navideños, los del coleccionista... recitales de todos los colores y tamaños... conferencias con sabor a fresas y otras de chocolate. en una de ellas conocí a David y cuando montó "Iniciativa" me invitó y le acompañe. Y de su mano conocí a Juan Carlos y cuando tiró "la piedra en el estanque", me dijo "¿Sergito, te parece que Podemos?" a lo que contesté: "claro que Podemos" y me monté en esa tormenta, cuyo aire aún sopla con fuerza, en el espíritu.
Mientras tanto miles de horas trabajando el café en la empresa que dicen, ahora es grande.
Y Sergi creciendo, y Maribel omnipresente multiplicándose, madre, compañera, trabajadora... mujer. Lo fundamental y lo secundario conjugándose. lo intrascendente y lo importante debatiendo, debatiéndose en mí.

El amor de hermanos, cuando se aman, claro, es ese regalo maravilloso e inconmensurable que te da la vida. Por eso una parte mía, la emprendedora y movediza, la del compromiso y la responsabilidad, esa que se aturde, para no pensar todo lo que te extraña, "Pitu", menea en un rincón la cabeza. Mientras la otra, le dice: Hermano, ¿aprendiste?.



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