Vi "Tierra y Libertad" hace tiempo y la peli, me ayudó a comprender muchas cosas. A ver porqué el enemigo avanza impune entre nuestras diferencias, esas que somos incapaces de hablar.
En "Noveccento" se repite la imagen, que consuma la derrota. Los camiones del ejercito regular, desarmando al pueblo, ansioso por acabar la faena revolucionaria, pero ya en Roma las cosas habían cambiado.
Pienso que es una historia circular, de un problema irresuelto, que aflora siempre ahí, cuando estamos apunto. ¿Porqué no definir primero lo fundamental de lo secundario? La derrota del fascismo digo, y si eso después nos encaramos.
No hay peor dolor, que el que produce el fuego amigo, yo se de eso, la gente mira horrorizada, lo fatal y lo premeditado conjugándose. Mientras algunos preguntan, hay respuestas que todos saben.
Al fascismo no le derrotaremos con estructuras, porque en ellas son campeones, ni con oscurantismos, porque provienen de las practicas inquisitorias, ni con protocolos, ni requisitos, porque ellos son burócratas por naturaleza.
Solo le temen a la libertad.
El pueblo empoderado de aquella plaza cualquiera de la campiña italiana, era libre. Las jóvenes de esa sección cualquiera de esa milicia autogestionada eran libres. Las compas del video "A galopar", que compagino un compañero en la campaña de junio del 2016... nos sentíamos libres.
Por eso cuando se esgrime un "documento" como dogma, pesado como la biblia de entonces, con aristas tan finas que cortan y que hacen del "circulo", un cubo... cojo el manual bajo el brazo... me siento en el banco de una plaza y comienzo con sus hojas a hacer aviones de papel.
Y la plaza, como podéis imaginaros, se transforma en una fiesta.
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