Cuando llegaban, el viernes 13, las noticias de los atentados de París, el alma se nos condensó en un puño. A poco que el aquelarre dantesco de cifras y atrocidades nos abordaba, la solidaridad y el amor a cada una de las víctimas que íbamos descubriendo, crecía. Enseguida reaccionamos haciendo twits, escribiendo poemas, redactando manifiestos y enarbolando nuestros perfiles con la bandera del pueblo herido.
Y cuando en el marco del estupor intentábamos entender qué pasaba, 17 aviones de guerra despegaban de Jordania con sus estómagos cargados de fuego y objetivos a destruir... ¿Se puede coordinar eso en 24 horas? Lo de bombardear objetivos, digo. Y los titulares nos desayunaban: "GUERRA" cuando deberían decir que llevamos años desestabilizando la región y que ya estábamos en guerra y que nuestros ciudadanos ya corrían peligro.
Intentaba comprender cuando, casi a la vez, reventaban cuerpos en un mercado de Beirut y mientras mi cabeza razonaba el buscar la bandera del Libano, en Nigeria más de 50 inocentes volaban por los aires. Y ayer le tocaba a un hotel de Mali en la macabra crónica. Y hoy los muertos caminaban por Israel.
Retiré la bandera de Francia 48 horas después porque comprendí que la danza de banderas será interminable en este mundo que parece que asoma, pero en el que hace ya años que vivimos. Donde los ciudadanos corren peligro al pasear sus niños por el parque, al tomar un café en la terraza, al ir a un recital, al comprar en un mercado.
Cuando la compañera me recordó que la foto del perfil del círculo conservaba aún la bandera francesa, decidimos cambiarla, aunque es obvio que nuestro dolor acompaña al pueblo galo y sus víctimas... y a todos los pueblos que sufren el peligro, ya viajen las bombas en cinturones o en pájaros de acero.
Desde Podemos, para comenzar a atajar el problema, se contestó de manera contundente con 7 medidas que defendemos ante el Parlamento Europeo y ante la hipocresía de los gobiernos, que son parte y juez. Nos queda aún mucho trabajo por venir.
domingo, 22 de noviembre de 2015
sábado, 14 de noviembre de 2015
Atentados.
Dejen de fabricar armas,
dejen de venderlas,
dejen de destrozar países,
dejen de patrocinar guerras,
dejen de financiar terroristas,
dejen de fomentar estados islamistas,
dejen de instruir mercenarios,
dejen de crear desplazados,
dejen de arrasar.
Detenengan la barbarie
ustedes que pueden,
abandonen la hipocresía,
el doble juego...
El mal ya esta aquí.
"Ustedes", los también responsables,
cuiden de vuestros ciudadanos
el tiempo que os queda.
Esta madrugada no me quedan lágrimas
pero me sobran fuerzas para señalarles.
dejen de venderlas,
dejen de destrozar países,
dejen de patrocinar guerras,
dejen de financiar terroristas,
dejen de fomentar estados islamistas,
dejen de instruir mercenarios,
dejen de crear desplazados,
dejen de arrasar.
Detenengan la barbarie
ustedes que pueden,
abandonen la hipocresía,
el doble juego...
El mal ya esta aquí.
"Ustedes", los también responsables,
cuiden de vuestros ciudadanos
el tiempo que os queda.
Esta madrugada no me quedan lágrimas
pero me sobran fuerzas para señalarles.
sábado, 7 de noviembre de 2015
Desmadejando.
Desmadejando,
el ovillo,
la punta del hilo,
el inicio del big bang.
En el despropósito
del desconcierto,
de la duda que chispea
lagrímitas,
de las certezas que duelen
corazones,
observas, escuchas, reparas.
Cuando miras
liberas el acertijo,
de unos ojos marinos
que naufragan.
Cuando te recoges
el cabello ,
las hechiceras acuden
al aquelarre de pocimas y ungüentos.
Cuando sonries
atrapas.
y vuelvo, retorno, espero,
el día del reencuentro.
Donde estará,
el misterio de la pausa,
el secreto de la vida,
la llave del pesar
que me abruma,
descubriré.
el ovillo,
la punta del hilo,
el inicio del big bang.
En el despropósito
del desconcierto,
de la duda que chispea
lagrímitas,
de las certezas que duelen
corazones,
observas, escuchas, reparas.
Cuando miras
liberas el acertijo,
de unos ojos marinos
que naufragan.
Cuando te recoges
el cabello ,
las hechiceras acuden
al aquelarre de pocimas y ungüentos.
Cuando sonries
atrapas.
y vuelvo, retorno, espero,
el día del reencuentro.
Donde estará,
el misterio de la pausa,
el secreto de la vida,
la llave del pesar
que me abruma,
descubriré.
miércoles, 21 de octubre de 2015
¿Si antes fuera un cubo?
Tal vez comenzó siendo un cubo rectangular, una estructura de aristas rectas se ángulos a noventa grados, de puntas que lastiman. El ser humano que procuro, por primera vez trasladarle de sitio, intentó empujar y vaya si lo hizo, lo intento más no avanzaba. Llegaron entonces hombres y mujeres de distintas partes, de otras latitudes quienes conmovidos por la terquedad del primero, se sumaron al esfuerzo. Más la enorme piedra, cuesta arriba no se movía ni un ápice.
Uno dijo entonces, y si cogemos la piedra por su arista inferior y todos a la una levantamos... haríamos que avanzará el largo de la pieza. Como siempre estuvieron los detractores de la idea refunfuñando, los desencantados ignorando, los entendidos rebatiendo. Solo los audaces estuvieron dispuestos. Pasaron las manos por debajo la tierra y levantaron la piedra que se resistió, hasta que rompió el equilibrio y se dejo caer por la otra cara. En ese momento los desencantados también gritaron de júbilo, y se comprometieron a repetir la secuencia.
Tamaña era la alegría, que ninguno se percato que en la maniobra el cubo había perdido una parte de sus cantos astillados por el golpe en mil pedazos. Lo cierto es que todos sintieron que era mas fácil de agarrarse a ella, y de levantarla, y de romper su inercia, y provocar su caída. A cada golpe el cubo iba redondeando sus lados y subía con más facilidad la cuesta, hasta llegar a la cima. Una vez arriba todos empujaron a la vez y el cubo (que ya no era tal) comenzó a rodar sobre su propio eje cuesta abajo hasta la orilla del mar. La gente estupefacta había descubierto el cilindro, la rueda, el círculo
Sergio Storti
Sergio Storti
viernes, 2 de octubre de 2015
En retirada.
En retirada,
se baten en franco retroceso,
las huestes,
dejando tras de sí
el campo del desconsuelo....
Atrás la batalla
con su arrebato y su heroísmo,
atrás las miserias y el arrojo.
Se retiran del diluvio,
prometiendo aguaceros,
a regañadientes, vociferando,
gimiendo, esperanzando.
Otrora imperio de tormentas,
y hoy,
cuatro nubes desmanteladas,
desorientadas, escurridizas,
que bailan al compás del sol ...
en este maravilloso cielo de otoño
se baten en franco retroceso,
las huestes,
dejando tras de sí
el campo del desconsuelo....
Atrás la batalla
con su arrebato y su heroísmo,
atrás las miserias y el arrojo.
Se retiran del diluvio,
prometiendo aguaceros,
a regañadientes, vociferando,
gimiendo, esperanzando.
Otrora imperio de tormentas,
y hoy,
cuatro nubes desmanteladas,
desorientadas, escurridizas,
que bailan al compás del sol ...
en este maravilloso cielo de otoño
domingo, 20 de septiembre de 2015
De adioses y sombras.
Y la tarde volverá a su pausa,
la cadencia de lo somnoliento,
la textura de lo previsible,...
el suicidio del sobresalto.
Y el pacto volverá a ser firme,
la partitura será entonces, la misma,
la melodía sonará grave,
la marcha me acompañará.
Y la barca quieta en el mar Muerto,
será el preludio de la despedida,
donde el alma tenue del balcón desnudo,
quizás la ante sala de nuestro adios.
la partitura será entonces, la misma,
la melodía sonará grave,
la marcha me acompañará.
Y la barca quieta en el mar Muerto,
será el preludio de la despedida,
donde el alma tenue del balcón desnudo,
quizás la ante sala de nuestro adios.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Encrucijada.
Si se mordiera,
el viento de la mañana
y la vela, precisa,
hinchara rumbo al poniente.
¿La tarde sería isla?
páramo desolado,
del náufrago refugio,
del diván.
¿La noche sería cueva?
refugio del agotado,
escondite de un mendigo
de amor.
¿La luz sería diáfana,
el aire puro,
la nube espuma
de mar?
La senda, entonces, tal vez,
un camino que desandar.
el viento de la mañana
y la vela, precisa,
hinchara rumbo al poniente.
¿La tarde sería isla?
páramo desolado,
del náufrago refugio,
del diván.
¿La noche sería cueva?
refugio del agotado,
escondite de un mendigo
de amor.
¿La luz sería diáfana,
el aire puro,
la nube espuma
de mar?
La senda, entonces, tal vez,
un camino que desandar.
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