No bajes los parpados
no les ocultes bajo
la manta verde esperanza,
por favor, no lo hagas hoy,
no cedas a la somnoliencia
no te rindas.
Yo estaré ahí,
en la planta colgado
maduro, rojo,
de fibra hecho,
deseando
que una mañana,
despiertes y me comas
con cuatro bocados,
hasta el tuetano, la madera.
Y cuando sea semilla,
carozo al fín,
seré fertil,
fecundo,
arból, otra vez.
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