lunes, 9 de mayo de 2016

La noticia.

Cuando la noticia,
la noche fue un calvario.
En la mañana, dejé de respirar.
Por la tarde,
se me paró el corazón.
El amanecer siguiente,
lluvioso y frío,
me dejó sin lágrimas.
El crepúsculo arraso,
el último aliento.
Y, al tercer día,
cuando rendido,
el viento del norte
comenzó a mover las banderas.



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