Te digo: ¡te quiero!
y no te lo digo.
Lo pienso, lo mastico,
lo transpiro, lo sufro.
¡Te quiero!
Te observo cuando duermes,
preso del insomio que me asalta.
Te miro como la primera vez,
y el amor sin querer me embriaga.
Repito el cansancio de cada semana,
pero no de vos.
Te observo cuando duermes,
tu respirar acompasado
y la brisa de otoño, acariciándonos.
No me canso de ti,
no te aburras de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario