Hay Sevilla...
con su solera y su encanto,
señorial, cosmopolita.
Engalanan la vida,
en las calles las gentes,
de sonrisas y charlas tendidas.
Hay Sevilla,
irreverente y devota,
de una orilla a la otra,
de cantaores y farolillos,
de carruajes y zapatillas.
Cuán abundante y concurrida,
en los bares,
en las tapas servidas...
Hay Sevilla,
tan humana, tan crisol,
tan diversa, tan distinta,
que a tus encanto me rindo,
desde la Macarena a Triana,
por tus paseos deambula...
la maravilla.
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