Sólo imágenes tuyas, mi amor,
en la cabeza se arremolinan,
en vertiginosa sucesión, una tras otra,
despertando el deseo de plasmarte en lienzo,
con cuatro pinceladas curvas,
en pasteles y verde esperanza...
que son los colores de las madres.
La obra supondría
la cima del artista.
años mas tarde quizás,
el deleite de los críticos.
Ah! Si no fuera por mis limitados
conocimientos de pintura,
¡qué bello cuadro haría de ti!
Sergi , desde tu vientre, ríe
ante el mamarracho de tinta y lapíz,
con tanto desparpajo, que contagia.
Escrito en 2002.
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