jueves, 4 de noviembre de 2010

Adiós.

Conservo el instante
hasta alcanzar la perfección
de ese último adiós,
el más intenso de todos.
Como un definitivo
¡Hasta la victoria!
en tus lagrimitas de miel
y dulces caseros.
El más intenso de todos,
cayendo en cataratas al corazón.
El más audaz,
de una serie de escaramuzas
cumpliendo la misión de despedida
y que fue recuerdo al fin

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