jueves, 4 de noviembre de 2010

Ana.

Descorchando sonrisas y burbujas,
hurgaba ensimismado en tus silencios,
como en caracolas infinitas y espirales.


Transito las tardes
circulando en bicicleta,
lento y veloz,
siempre intenso.


Bebo sol a tragos largos,
y recojo los frutos frescos
de tus enrojecidas muecas de timidez.



Siempre niña...


mujer...


princesa.

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